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XVII Festival de Narradores Orales  Segovia 2016 

Cartel Festival Segovia 2016
Juan López-Carrillo ante Casa-Museo de Antonio Machado
Ramón García Mateos ante Casa-Museo de Antonio Machado
Banderola Casa Antonio Machado
Programa Festival de Segovia 2016
Juan López-Carrillo, Ignacio Sanz y Ramón García Mateos delante de la Casa-Museo de Antonio Machado
​(Fotografía y texto que formarán parte de un futurísimo libro de fotografías con textos relacionados.)
 
EN SEGOVIA, CON IGNACIO SANZ Y RAMÓN GARCÍA MATEOS (O EL MEJOR RECITAL DE POESÍA DE MI VIDA
 
 Pero… ¿Cómo puede ser que apenas tenga fotos con Ignacio Sanz? ¿Qué nos hizo disfrutar tanto del tiempo compartido que nunca hubo tiempo para echarse unas fotografías? Cierto que, seguro, tampoco nunca hubo una cámara a mano que pudiera fijar para la posterioridad la inmensa alegría de tener cerca al amigo segoviano. Por suerte —también por desgracia— ahora vivimos en la era de los smarphones y cosas parecidas y ya no hay excusas para no inmortalizar momentos como el que muestra la instantánea, con Ignacio, Ramón y un servidor ante la Casa-Museo de Antonio Machado, cuando muy pocos minutos faltaban para que entráramos en esa modesta casa (que muchos años atrás fue una humildísima pensión en la que habitó Antonio Machado durante su instancia en Segovia entre 1919 y 1932) y que mantiene viva y constante la memoria y la obra del poeta. Del interior del edificio, que ya años atrás había visitado un par de veces, pasamos a su patio, un estupendo «auditorio» al aire libre que tiene como paredes las de la propia Casa-Museo y las de sus vecinos, y como techumbre el cielo azul castellano, mas solo en parte, porque un hermoso castaño también cubre de verde (en invierno poco cubrirá, que es árbol de hoja caduca, pero eso poco importa en esos días en los que el recio frío de la zona predispone al cuerpo a cobijarse frente a una buena lumbre) a la gente que viene a disfrutar —o no, que eso nunca se sabe— de los poetas que allí vayan a leer sus versos. En aquella tarde el leedor fui yo, como participante en el «XVII Festival de Narradores Orales de Segovia», dentro de su apartado «La poesía también cuenta». Fue un viernes 15 de julio de 2016 y Ramón, que también formaba parte del programa poético, lo hizo en el mismo lugar al día siguiente, cortando, tras el final de su faena —a petición del público agradecido—, como es normal en el vate salmantino, orejas, pata y rabo líricos. Ignacio, un lujo para su ciudad, nos había invitado como director de ese festival a participar en él, y bien que se lo agradezco, pues creo que en la «clasificación de recitales» que he dado en mi vida, el de esa tarde segoviana encabezará la lista durante mucho tiempo. No quiero olvidarme de referir, de hacer público por primera vez (nunca me atreví a decírselo a nadie para que nadie me tomara por insensato, loco, borracho o algo mucho peor), el suceso prodigioso que se produjo hacia el final del acto y que solo yo —los demás nada percibieron— pude observar con estupor, con asombro desbordado: la aparición repentina, venida de la nada, detrás de la última hilera de asientos, de San Juan de la Cruz (Juan de Yepes para los íntimos, que justamente tiene escultura pública cerquísima de donde me encontraba) junto con la del poeta anfitrión, la de don Antonio Machado. Dos de las máximas glorias del parnaso hispánico que brindaban a mi salud —eso me pareció— mientras sostenían cada uno de ellos una botella de cerveza (SanFrutos, sin duda, espléndida cerveza elaborada en Segovia, marca que pude distinguir perfectamente a pesar de la distancia que había entre mi tarima y la presencia fantasmal recién llegada, pues siempre se ha sabido que las apariciones poéticas de ese jaez tienen la salutífera virtud de agudizar la visión del que las observa, curioso efecto que se mantiene durante las cuarenta y ocho horas siguientes, con lo que ahora Ramón, cuando lea estas líneas, entenderá porque estuve un par de días sin usar gafas) mientras me gritaban algo que no pude oír (las apariciones poéticas repentinas agudizan, como decía, la vista, pero en cuanto al sentido del oído este se queda exactamente igual) y que supuse de naturaleza hilarante porque después del brindis o lo que aquello fuera, no dejaron de reír y de señalarme burlones… para mí que ya venían de otro recital, celestial o terrenal, y que no era el primer tercio SanFrutos que se tomaban aquella tarde ya mágica. Alterado, nerviosísimo como me puse, como bien pudo observar el público asistente —que en cambio seguía sin observar nada relativo a súbitas presencias poético-fastasmales— conseguí acabar de declamar el extenso poema que en esos momentos recitaba, «Momentos felices» de Gabriel Celaya (la lectura era una combinación de poemas propios junto con los de otros poetas admirados) y, justo al finalizar el último verso, los dos poetas lanzaron sus sanfrutadas botellas al aire, agitaron sus manos saludándome y, visto y no visto, tal y como vinieron, así se fueron, desapareciendo al instante las SanFrutos, las risas y sus poeterías, las manos y todo resto de poeta sagrado que hubiere... así que… ¡Cómo no va ser el mejor recital de mi vida!
Juan López-Carrillo recitando en el patio de la Casa-Museo de Antonio Machado
  Instantes antes de levantar la vista y encontrarme con la aparición súbita de San Juan de la Cruz y de Antonio Machado.
Ramón Garcia Mateos recitando en el patio de la Casa-Museo de Antonio Machado
  Ramón García Mateos en plena acción poética al día siguiente de mi lectura. Si a él durante su recital también se le apareció poeta sublime alguno es cosa que ahora mismo desconocemos, mas si así fue, mucho deseamos que no se demore más en revelárnoslo.
Noticia de la actuación de «Guti».
  Y para acabar esta entrada del XVII Festival de Narradores Orales de Segovia, mostraros esta otra faceta de mi riquísima personalidad artística, no ya la de poeta —a las 20 horas— sino la de narrador oral —a las 22 horas—, en la que aparecí convertido en «Guti», en el gran Guti, para ser exactos. Realmente desconocía —cada día más, peor estoy de la cabeza— esa otra dimensión mía que descubrí en el periódico al día siguiente de actuar ante ese público que tanto me quiere, y es que nunca dejamos de conocernos, y sorprendernos, a nosotros mismos.
Cartel Festival Segovia 2006
Programa Festival de Segovia 2006
  En 2006 ya fui invitado a participar en el Festival de Narradores Orales de Segovia, pero de aquellos días no guardo ningún testimonio fotográfico. pero sí que permanecen en la memoria los recuerdos tan magníficos y gratificantes que disfruté en compañía de los viejos y de los nuevos amigos. Ah, y también ese recital fue magnífico, pero como no hubo apariciones...
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© Juan López-Carrillo : Todos los derechos reservados  —  © Alfredo Gavín: Pinturas, ilustraciones en los fondos de pantalla.

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